martes, 20 de febrero de 2018

Vecinas de los corralones y los servicios sociales, de la mano en un proyecto que mezcla gastronomía, cultura e historia de Málaga



La Alacena del Corralón es una asociación de mujeres que comparten una pasión: la gastronomía tradicional. Vecinas de los corralones y amigas, trabajan desde hace un año en un proyecto de inserción social al amparo del Centro de Servicios Sociales del Distrito Centro, a través de su aula de formación ciudadana. Su esfuerzo, su historia, su estilo de vida han encontrado ahora una plataforma de difusión gracias a la publicación del libro Corralones de La Trinidad y El Perchel. Cocina e historias de la Málaga íntima, de Esperanza Peláez y Angélica Heras.

La asociación La Alacena cuenta con once personas: diez mujeres y un hombre. Amas de casa  unidas gracias a los servicios sociales, empezaron organizando degustaciones o participando en  actividades de carácter gastronómico. “Vimos que era una manera de tener un futuro laboral. El proyecto de los servicios sociales era un empuje, y se convirtió en algo que podía sacar al barrio de la dinámica del desempleo”, dice Yolanda Jiménez, que se encarga de la gestión del papeleo de La Alacena, porque en este grupo cada integrante tiene una función.

Constituidas de facto en asociación desde el pasado mayo, su actividad aún no le reporta rédito económico. “No ganamos nada ahora mismo. No comemos de ello. De aquí en adelante, si nos dan un local, con la formación, los pinitos que hacemos, quizá tengamos beneficios”, dice Rosario Cobos, la tesorera. El objetivo es ir paso a paso para, en un futuro, constituirse como empresa de catering y venta de comidas caseras. Lola Alcarazo, trabajadora del Centro de Servicios Sociales del Distrito Centro, conoce bien a este grupo de mujeres y hace hincapié en la importancia de un progreso paulatino de La Alacena: “Para poder dar el salto es complicado. Ellas tienen que ir aprendiendo. Poco a poco aprenden a trabajar en grupo desde una experiencia asociativa para trabajar en equipo de cara al futuro”. Por eso, durante la semana, las mujeres acuden a sesiones de formación ofrecidas por el CSSC donde adquieren los conceptos básicos de la actividad empresarial: gestión, marketing, redes sociales... Esfuerzos como éstos han hecho que La Academia Malagueña de las Artes y las Letras Santa María de la Victoria (ACAMAL) conceda la Medalla de Oro de la Academia 2017 a los servicios sociales de Distrito Centro gracias a  “la labor desarrollada, en Trinidad y Perchel, de recuperación y sociabilización de sectores tradicionalmente deprimidos”. Distrito Centro lleva trabajando aquí desde 1989, tras la construcción de viviendas sociales, a través de un proyecto general en estos barrios que aprovecha toda su riqueza, su tradición histórica para transformar su realidad y que se constituye como puente para conectar socialmente estos espacios con el resto del territorio.

La gastronomía es el leit motiv de esta agrupación, una tradición genuina que vertebra la cultura, la vida y el legado de los corralones de Málaga. El libro Corralones de La Trinidad y El Perchel. Cocina e historias de la Málaga íntima va más allá de un recetario de las comidas más típicas como ensalada malagueña, tortillitas de bacalao, carne mechada, caldillo de pintarroja, maimones, gachas, papas en adobillo, potaje gitano... Esperanza Peláez y Angélica Heras “han sacado de nosotras lo que llevamos en nuestra vida a sangre y fuego”, afirma Yolanda Jiménez. Lo que se puede leer en el libro también se puede conocer a través de las demostraciones culinarias que la asociación lleva a cabo a menudo en diferentes actividades, cuando, mientras las mujeres cocinan, cuentan sus anécdotas y experiencias desde la infancia, pues hablar mucho y de todo “les sale de dentro”.

“Esto es un legado femenino, de herencia femenina. Ellas siempre están ahí y esto es una cuestión de visibilización de la mujer”, remarca Alcarazo. Yolanda Jiménez y Rosario Cobos coinciden en que no cambiarían su vida en el corralón por nada, “aunque nos toque la lotería”. La foto de la portada, en la que se puede ver a Yolanda, sentada en el patio del corralón junto a Saúl, su nieto en adopción, es un retrato lleno de lecturas, cargado de intenciones y así piensa Lola Alcarazo: “Comunica el color andaluz, la mezcla del blanco con el azul añil, la forma de sentarse en las sillas, el patio como espacio común de aprendizaje y convivencia, la mujer como protagonista de las tradiciones”. Guardianas de un estilo de vida.


Para adquirir el libro, las personas interesadas pueden contactar con La Alacena del Corralón a través de su página de Facebook https://es-es.facebook.com/laalacenadelcorralon/o enviando un correo electrónico a la dirección laalacenadelcorralon@gmail.com.


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