domingo, 2 de diciembre de 2012

Raúl del Pozo

Y el ruido de la calle


El heredero de `El ruido de la calle´ de Umbral, Raúl del Pozo, deja patente que escribe para sus lectores sin pensar en las posibles críticas. Dice que el hombre que sabe escribir es superior a todos y “yo siempre quise ser escritor”. Dice que lo único que le gusta es escribir.

            Se dirigió a los alumnos: “si no sentís el veneno, una pasión tan grande como el amor, es mejor que no estéis aquí” y siempre apuesta por los jóvenes periodistas. Del Pozo comenta que hay que tener una terrible vocación. El rasgo fundamental que deben tener los periodistas y columnistas es el veneno. Siempre se puede abrir el camino en la selva oscura del periodismo, las redes sociales conforman la selva inexplorada. “Lo único que sobrevivirá del periodismo en papel son las columnas”. Pero, señala, “el soporte no es importante, lo importante es el talento”.

Raúl del Pozo afirma que no hay que tener respeto más que a la verdad. No quiso dar consejos, explica que no sirven para nada, “ese culto a la vejez es una cosa repugnante”. El periodismo es una profesión tan hermosa, comenta, sobre todo el reporterismo. “Antes los periodistas querían ser corresponsal de guerra, ahora quieren estar en el periodismo del  corazón”. Sobre el periodismo que se hace en la radio, dice, se ha convertido en un gallinero.

            Las columnas son para él pequeñas novelas, no hay diferencia entre novela y columna. Pero, explica, las columnas se escriben cuando el periodista está cansado, “un columnista es un reportero cansado”. Aún así, “la columna es un vicio español”. En una comisaría, como comparaba a la facultad, Del Pozo definía el periodismo como una pasión, así lo entiende. Si bien, comenta, “ese periodismo ha muerto, ahora sólo falta el quirófano”.

            Ruano, Cela, Umbral… son nombres que destacaba en el mundo del periodismo. A Ruano tuvo el honor de conocerlo, explica, de ser un gran amigo suyo, “podía ser grosero y el ser más fabuloso”. De Umbral recibió el testigo de cerrar El Mundo. Este último decía que la mejor literatura se escribe en los periódicos y la escriben los columnistas. A Umbral le pasaba como a Cela, afirmaba Del Pozo, “se creían las cosas”.



             Raúl del Pozo asumió su oposición ante los emprendedores, “es la cosa más cursi que he oído nunca”. También dedicó algunos calificativos a los políticos: esa gente sin alma, hipócritas… “pero un periodista tiene que juntarse con toda clase de gente”. El alfabeto funcional hasta los 30 o 40 años, como dice de sí mismo, comentó que empezaba cada día como si fuera mentira. Además, opinó acerca de la situación actual de los periódicos. Dijo que es normal que se cierren, “si no lo hacen van a quedar a merced de los bancos y los partidos, no sé lo que es peor”. “Es triste que los periódicos no hayan pensado en renovarse antes”.

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